Axel se giró para ver como sus compañeros salían de clase. Se sentía algo decepcionado ya que Yukiko no se había dado cuenta de quién era ni aún diciéndole su nombre; y aunque fuera a decirselo, no se lo habría creído.
Suspiró, recogió sus cosas y se levantó. Cuando estaba apunto de irse, vió en el suelo una libreta con toda la portada garabateada. Sin saber el nombre, ya supo de quien era. 'Esa chica no podía ser más despistada' , pensó Axel 'ya se la devolveré esta tarde'. Y entonces salió por la puerta rumbo a encontrarse con una personita especial antes de llegar a casa.
Mientras tanto, en el club de fútbol del Raimon, se debatía sobre la noticia que les acababan de dar: un partido contra el equipo más fuerte del país en el que si no ganaban cerrarían el club, pero no solo eso, tenían que encontrar el resto de jugadores y Yukiko no podía formar parte de él. Así que, mientras Mark fue a reclutar miembros, Yukiko se dirigió a punto de encolerizarse al despacho del director. Allí, Nelly Raimon, le dijo que, siendo un evento de tal importancia, no podían dejar que una alumna de intercambio participase en ello.
Se fué directa a su casa, sin despedirse ni de Mark ni de Silvia ni de Ice. Todo el camino lo pasó corriendo, en un intento de no dejar caer sus lagrimas. Se sentía tan inútil, además, le prometió a Mark que jugarían su primer partido juntos. No podía creerse que por culpa de un estúpido inconveniente no la dejarían jugar.
Cuando llegó a su casa, se bañó, se lavó el pelo y fue a sentarse en el sofá para ver la tele en su pijama de gatitos y con una coca cola en la mano. De repente, sonó el timbre, dejó el refresco en la mesita del salón y fue a abrir. Pensó que Ice habría ido a animarla o a que la ayudara en matemáticas porque le gustaban y se le daban bien; pero, para su sorpresa, era su vecino Axel Blaze.
-Ho...hola- Yukiko se mostraba algo nerviosa, en parte porque nunca pensó que su vecino llamaría a su puerta y porque su misma presencia la alteraba-. ¿Qué te trae por mi puerta?
-Siento venir tan tarde, tenía unos asuntos que atender- Yukiko notó un brillo de tristeza en los ojos de Axel al pronunciar estas palabras-. Se te calló esto en clase.
Yukiko notó como sus mejillas se enrojecían, era su cuaderno de ideas, en el que garabateaba todo: sus sueños, sus ilusiones... Básicamente era como su diario, y lo había encontrado él. Sus sentimientos se dividían en dos: por una parte le daba rabia que algo tan privado se hiciese público y por otra parte... se sentía avergonzada, no quería que Axel hubiese leído eso, que hubiese sido él la persona que lo leyese hacía que sus mejillas tomaran un color carmesí y el corazón le latiera a mil. Odiaba ese sentimiento, si hubiese sido otra persona le hubiese dado igual, solo diría si alguien más lo había visto.
-Gra... Gracias- Yukiko cogió el cuaderno con las manos temblorosas y la cabeza agachada para que no notase el rubor de sus mejillas.
-No es nada, solo procura que no se te vuelva a caer- Axel le respondió con una sonrisa.
Este gesto calmó en parte a Yukiko y, con una sonrisa en la cara, hizo que dijese algo que normalmente no hubiese dicho.
-¿Te apetece entrar?-
he leido los 4 capitulos y están genial!!! ya espero el próximo con impaciencia :D
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